Una melodía de jazz suave
-Mr. Wolf.
En medio de una sesión de hard tecnho,
Una caricia en una pelea
Un suspiro en mi ahogado grito por escapar…
Así apareciste.
Escalando por los escarpados montes
Para detener la ventisca.
Para ofrecerme tu mano
E invitarme a pasar por los caminos
Más accesibles.
Apareciste en un otoño frío
Y me recordaste el olor de la primavera.
Me recordaste a que saben las fresas
Y les diste tu identidad endulzándolas con miel.
Apareciste como un ángel de la guarda,
Tan solo unos días,
Tan solo un momento.
Como una estrella fugaz
Que ilumina los cielos más oscuros,
Pero que solo es eso,
Fugaz.
Te fuiste igual que entraste,
Con una sonrisa,
Sin avisar,
Sin que apenas pudiera entender nada.
Pero antes de hacerlo me ofreciste calma.
Me recordaste que el mundo es más sencillo,
Que mi lucha es la vida,
Que mis decepciones también son piezas de esta.
Me dijiste que simplemente estoy viviendo,
Y al mismo tiempo hago lo más bonito
Que la naturaleza ha querido inventar.
Apoyar mi mano sobre tu rostro
Era como ver mi vida desde arriba,
Y con ello darme cuenta
De que un laberinto
Es solo un juego de pasillos,
Y mi lucha es un simple viaje en tren
En el que yo decido en que asiento me voy a sentar.
Tan solo fueron unos días,
Y a pesar de que no conocí su nombre
A día de hoy la recuerdo más que a ninguna.
Tan misteriosa,
Tan desconocida,
Dispuesta a darlo todo para que nunca me rinda,
Y emprendiendo su vuelo
Solo tras ver renovadas mis energías para seguir la lucha.
No hubo casi tiempo para intercambiar palabras,
Pero pronunciaste todas las que yo necesitaba,
Mientras me mirabas con unos ojos
Que parecían conocerme más que yo.
Aún dudo de si era real,
De mi ateísmo,
De si fue simple coincidencia,
O un ángel de la guarda enviada tan solo
Para agarrar mi mano y levantarme del borde de la caída,
Asegurándose de que cuando otra vez cayera
Sabría cómo volverme a levantar.
¿Era real?
-Mr. Wolf.
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